El fútbol base no es solo una fuente de formación para los más pequeños, si no que en muchos casos los pequeños jugadores nos enseñan a los más mayores con sus gestos deportivos.
Así ocurrió en la última jornada del partido disputado por mis hijos, con el marcador muy igualado, en una lance del juego un jugador del equipo contrario, equipo azul, se hizo daño quedando en el suelo. La árbitra del partido paró el partido para atender al jugador, mientras el balón era despejado por el equipo blanco siendo controlado por un jugador del equipo azul.
Una vez atendido, la árbitra con intención de reiniciar el juego con un balón a tierra preguntó a los jugadores de ambos equipos quién estaba en posesión del balón en el momento de detenerse el juego, mi hijo y otro compañero dijeron «los azules» en ese momento se oyó un comentario a lo Bilardo desde la grada » els blancs, sempre el blancs«.
Finalizó el partido y de vuelta a casa comentando las jugadas del partido me preguntó «¿por qué me has dicho eso? ¿no lo he hecho bien?«.
Sin apenas meditarlo, le contesté «si, si que lo has hecho bien, si tú creías que era la verdad, has hecho lo correcto«, si bien, «yo sin pensarlo, quizás hubiese dicho lo contrario, pero estoy orgulloso de que hayas dicho lo que tu creías que era lo correcto«.
Los niños nos enseñan desde su inocencia y sinceridad, lejos de la picaresca, ¿por qué lo que les enseñamos y educamos para la vida real, no puede servir para el fútbol?
