David Peris: «El adulto es el que está más pendiente del resultado que del juego del niño»

David Peris Delcampo, (Burriana, 15 de junio de 1973), presenta este sábado en el Auditorio Juan Varea de Borriana (19:30 horas) su libro «Mamá, papá, ¡quiero ser futbolista¡: Claves prácticas para madres y padres«. Es Doctor en Psicología por la Universitat de València. Licenciado en Psicología por la Universitat Jaume I de Castelló. Psicólogo Experto en Psicología del Deporte. Psicólogo General Sanitario. Educador Social. Entrenador Nacional de Fútbol y también de Fútbol Sala. Profesor de la Universidad de Valencia.

Como Psicólogo ha estado en la Real Federación Española de Atletismo, CD Castellón, Fundación Real Madrid y Valencia CF, entre otros. Antes como entrenador, estuvo en canteras como la del Villarreal CF. Como jugador de fútbol llegó a jugar en la Tercera División de Fútbol en España; y la Tercera Categoría Nacional de Fútbol Sala. Es autor de seis libros y numerosos artículos en revistas especializadas tanto científicas como de divulgación. Colabora habitualmente en medios de comunicación. Es el presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA). También es el Presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte.

Pregunta . “Mamá, papá, ¡quiero ser futbolista!: Claves prácticas para madres y padres”. Muchos niños anhelan a ser futbolistas, en el camino, muchas emociones, derrotas y victorias. Por tu experiencia, ¿quién lo pasa peor en la derrota, el niño o el padre?

Respuesta- Supongo que depende de cada persona, aunque generalmente las personas adultas son las que están más enfocados al resultado que los niños. Es decir, los niños y las niñas, sobre todo cuando son más jóvenes, están mucho más pendientes de aspectos relacionados con el juego, con lo que hacen, cómo se lo pasan, si han conseguido pequeños logros aprendiendo cosas nuevas… mientras que las personas adultas tienen más en cuenta el resultado, es decir, si han ganado o perdido, la clasificación… Y eso desde el punto de vista motivacional (entendiendo la motivación como una variable psicológica básica) es fundamental para el funcionamiento general y deportivo del joven deportista.

De esta forma, el que se olvida de la esencia del juego, y de hacer todo lo que está en su mano (lo que depende de uno), es generalmente el adulto, el que evalúa en gran medida lo que ocurre en función del resultado. Y por eso, los adultos que no saben diferenciar este aspecto básico (ocurre en la sociedad en general), lo pasa peor que esos niños y niñas que están más centrados en lo que hacen, lo que aprenden y lo que tiene que ver de verdad en lo que ocurre en el juego.

Además, en Psicología sabemos que es fundamental, cuando se compite, estar pendiente de lo que depende de uno (lo que tiene que ver con el juego) y no tanto el resultado, porque dejas de hacer todo lo que puedes hacer para acercarte al éxito deportivo. Éste es un tema fundamental que se trabaja tanto en alto rendimiento como en menores, para alcanzar un buen funcionamiento psicológico y por tanto deportivo.

P-¿Qué parte de responsabilidad puede tener un padre/madre cuando un niño, pese a sus cualidades iniciales, se queda en el camino y no sigue en las primeras líneas de una cantera grande?

R-El padre o la madre es esa única parte del “equipo” del niño o la niña que no se puede sustituir. Puede pasar que uno de los progenitores no esté, o que aparezca la pareja de uno de los dos, pero el padre o la madre siempre serán el padre o la madre. De ahí la importancia fundamental que tienen ambos progenitores en todo lo que tiene que ver con lo que aprenden en relación a su manera de funcionar los niños, niñas y jóvenes.

Si por ejemplo un padre o una madre le “mete mucha presión” a su hijo (o hija) y éste asocia a una situación competitiva con emociones negativas, un elevado estrés y un gran malestar, es muy probable que, por ejemplo, la autoconfianza del deportista se vea seriamente afectada o que el niño o joven quiera salir de esa situación de constante malestar para evitar el sufrimiento que le produce. En cambio, si el padre o la madre ayudan a que, por ejemplo, el joven deportista esté centrado en lo que depende de él, le favorezcan el esfuerzo “con cabeza”, le inculquen valores adecuados como el compañerismo, el aceptar las cosas como son, la perseverancia, el aceptar a la autoridad o el luchar por lo que uno quiere… favorecerán a que tenga más opciones de dar su máximo rendimiento durante más tiempo y eso también le ayudará a que tenga más opciones de llegar más alto, además de adquirir buenos valores personales.

Por todo ello, que padres y madres hagan bien su trabajo es fundamental tanto para el desarrollo psicológico o personal, como deportivo. Ahora bien, también necesitan herramientas para saber cómo hacer bien su trabajo.

P-No obstante, los clubs también son responsables, las captaciones comienzan cada vez más pronto, los jugadores salen de sus casas a unas edades muy tempranas para formar parte de una cantera de Primera. Como todo es más rápido, ¿qué debe hacer un padre ante esa situación?

R.El trabajo del padre o la madre es buscar lo mejor para su hijo/a. Y eso significa ayudarle a que tenga los pies en el suelo. Las circunstancias son las que son y en función de ello deben asegurarse de que las opciones son las mejores para su desarrollo personal primero y deportivo después.

Cuando a un niño un club grande le selecciona, es posible que empiece a pensar que es especial, que puede llegar a ser un gran jugador reconocido… y que otras cosas dejen de tener la importancia que antes tenían. En estos momentos el papel de padres y madres es fundamental para ayudar a mantener los pies en el suelo, aprovechar las experiencias nuevas que va a tener que pueden ser muy bonitas, pero también recordarle su esencia, sus amigos de siempre, el que tiene que cumplir, además de en lo deportivo, con el colegio… y trabajar valores como la humildad, honestidad, esfuerzo, compañerismo… para que su situación sea lo más beneficiosa posible en todos los niveles.

Además, este tipo de valores (saber trabajar en equipo, humildad, compañerismo, esfuerzo, capacidad de superación…) sabemos que les ayudarán a funcionar bien como deportistas, pero también a ser personas con más recursos para enfrentarse a las diferentes situaciones de la vida.

Una cosa es lo que quieren los clubes, y otra cómo gestionan la situación las personas que están cerca del jugador. De ahí la importancia de que padres y madres sean coherentes con lo que hacen pensando en lo que es realmente mejor para sus hijos. En el libro “Mamá, papá, ¡Quiero ser futbolista!”, planteamos muchas situaciones que se dan en relación a estos temas y posibles soluciones para que esos padres y madres que quieran que sus hijos sean cada vez mejores personas y también rindan a su mejor nivel como deportistas, puedan hacerlo.

P-Un equipo prepara su Infantil de primer año con 14 incorporaciones, muchos del Alevín de segundo año se quedan en el camino. ¿Qué ha pasado con todos aquellos que llegaron al club desde bien pequeños?

R-Habría que preguntar a los clubes por qué hacen eso. Como hemos dicho antes, una cosa es lo que hacen los clubes y otra cómo se gestiona, por parte del entorno del joven deportista esa situación. Lo mejor es ayudarle a que el deportista sepa funcionar bien mentalmente (psicológicamente); es decir, que rinda a su mejor nivel y que se desarrolle además como persona mentalmente fuerte, con recursos potentes para enfrentarse a las diferentes situaciones de la vida. Por eso cada vez más psicólogos y psicólogas del deporte que están integrados en las disciplinas de los clubes o trabajan a nivel particular (o escriben libros que ayudan a que se den estos entornos óptimos). Y, claro, en todo esto el papel de padres y madres es fundamental por lo que tienen que saber hacer bien su trabajo.

Las circunstancias son las que son, y cómo las manejemos depende de nosotros. Si padres y madres ayudan a que su hijo/a deportista esté centrado en lo que depende de él, sepa cuáles son sus puntos fuertes y los potencie, les refuercen el esfuerzo y el compromiso por la actividad, les ayuden a estar equilibrados, o a compaginar adecuadamente los estudios y el deporte… es decir, hagan bien su trabajo como padres y madres, también favorecerán a que su hijo o hija, a pesar de las circunstancias, dé su máximo nivel como deportista y eso aumentará las posibilidades de que los equipos cuenten más con ellos.

Además, hay múltiples experiencias que son apasionantes y que es bueno que valoremos; y si lo hacemos los adultos también lo harán, muy probablemente, los jóvenes deportistas. Y esas experiencias, buenas o malas, muchas de ellas quedarán en la memoria para siempre de esos niños que después serán adultos.

P-Muchas etapas en el camino, categorías, competitividad. ¿Al final si uno es bueno, mejora, progresa y sobrevive? ¿Qué tipo de ayuda necesita el que es bueno para “sobrevivir”?

R-Si hablamos de aspectos psicológicos para ser mentalmente fuerte, o para funcionar bien psicológicamente, podemos hablar de variables psicológicas que deben de saber manejar para enfrentarse a las diferentes situaciones deportivas. En mi caso, cuando veo a un o una deportista o trabajo con él o ella, lo “traduzco” de manera general a variables psicológicas como la motivación (de la que hemos hablado antes), la cohesión de equipo, atención/concentración, manejo del estrés, autoconfianza, comunicación interpersonal o nivel de activación, y estrategias psicológicas que utiliza para manejarlas. Es decir, un deportista que se maneja bien ante las diferentes situaciones es el que sabe manejar esas variables.

Y, aunque las personas somos iguales en gran parte, también somos esencialmente diferentes, únicas, lo que hace que ese trabajo sea muy individualizado teniendo muy en cuenta (si se “dejan”) el entorno en el que tienen un papel fundamental padres y madres.

Al final se trata de buscar la manera de que, sean las circunstancias que sean, los jóvenes deportistas funcionen bien. Y para eso es necesario entender qué está pasando a nivel psicológico o mental (variables psicológicas) y actuar con buen criterio para cada deportista.

P- ¿Es bueno que hayan tantos niños y niñas jugando a fútbol federado? ¿No hay demasiado ruido en la grada ante tanta multitud de jugadores? No lo digo en cuanto a número sino a la irrupción del «padre-representante» que se piensa que su hijo tiene que jugar más minutos o estar en un equipo superior.

Es genial que niños y niñas jueguen al fútbol, o a otro deporte. Es apasionante para un entorno familiar el vivir esas múltiples situaciones que se dan en los campos de fútbol, y durante la semana, y los comentarios en casa… Ahora bien, todo eso hay que hacerlo bien. Y hacerlo bien significa disfrutar (por parte de todas las personas que participan) y también favorecer las condiciones adecuadas para que esos jóvenes deportistas adquieran el máximo de beneficios del deporte.

Los padres y madres deben saber gestionar bien todas las situaciones que se dan en eso tan apasionante para todo el entorno familiar como es el deporte de base. Por ejemplo, en el libro “Mamá, papá, ¡Quiero ser futbolista!” abordamos de manera práctica y múltiples ejemplos situaciones que se dan en el fútbol base y opciones para abordarlas con eficiencia.

P-De manera sucinta, ¿cuáles serían las cuatro patas ideales de la silla de un jugador de fútbol base para mantenerse estable y no caer?

Ciertamente la Psicología estudia este tipo de cuestiones. Una de las patas importantes es la de lo que se llama “carrera dual”, es decir, compaginar adecuadamente estudios y deporte. Otra es la del entorno familiar, que sea beneficioso y no perjudicial. Otra serían los valores positivos inculcados desde el club o el propio entorno. Y la cuarta (y quizás la más importante para mí) el saber manejar adecuadamente variables psicológicas como las mencionadas anteriormente.

P-Cuando un equipo no compite bien, no corre, está por debajo de sus posibilidades (ya me refiero a fútbol cadete o juvenil), ¿qué puede hacerse?

R-Habría que ver lo que está pasando, es decir, entender psicológicamente el juego. Muchas veces se aplican estrategias generales pensando que funcionarán sí o sí sin entender qué ocurre. Y debería ser al revés: entender psicológicamente (variables psicológicas) y en función de eso tomar la mejor medida.

Puede ser por ejemplo que tenga un enfoque motivacional desajustado, que la autoconfianza esté baja o exista una falsa autoconfianza, que exista un elevado nivel de estés potenciado por un entrenador que utiliza mensajes inadecuados… depende de qué está pasando; y a eso hay que darle forma psicológica, entender el juego desde el punto de vista psicológico. Y en función de eso buscar las estrategias más adecuadas.

Realmente no hay que “hacer mucho”, pero sí aquello que funciona; y la Psicología es una ciencia apasionante que si se sabe utilizar bien tiene recursos para “meter el dedo en la llaga” y aplicar aquello que realmente hace falta en ese momento. Y eso hay que saber hacerlo, claro; por eso cada vez hay más psicólogos y psicólogas del deporte bien preparados que buscan entender qué ocurre para ofrecer las mejores soluciones fundamentadas desde la Psicología.

P- ¿Defiende la figura del psicólogo en las canteras? ¿Cuál debe ser exactamente su función para no colisionar con la dirección deportiva del club o el cuerpo técnico de un equipo concreto?

R-Primero, el psicólogo o psicóloga del deporte debe saber hacer bien su trabajo, como cualquier otro profesional. Es decir, si se quiere contar con un psicólogo del deporte en cantera, se debe comprobar que es licenciado o graduado en Psicología primero (fundamental), y después que tenga una especialización en Psicología del Deporte. Ha ocurrido en lamentables ocasiones que se han introducido figuras “no psicólogos” para hacer un trabajo, que corresponde a los psicólogos del deporte, con lo peligroso que puede ser ese intrusismo en la salud mental de niños y niñas deportistas, entre otras cuestiones.

Después, lo que tiene que hacer un buen psicólogo del deporte es aplicar bien la Psicología utilizando todos los medios de los que disponga, y eso es trabajar conjuntamente con coordinadores, dirigentes… incorporando estrategias psicológicas en el día a día. No se trata de hacer algo muy visible necesariamente, sino de actuar con criterio fundamentado desde la Psicología. Puede, desde trabajar con padres y madres, entrenadores, incorporar objetivos psicológicos en la planificación, ayudar a “solucionar problemas”, a prevenir “problemas”, a optimizar el rendimiento, a manejar adecuadamente variables psicológicas…

Lo ideal es que el psicólogo del deporte sea uno más dentro del staff aportando su parte, que es la ciencia de la Psicología para ayudar a que todo funcione mejor.

P-“A entrenador nuevo, victoria segura”, un dicho popular en el fútbol. ¿Se deben corregir así las dinámicas?

Se debe saber manejar adecuadamente variables psicológicas entendiendo psicológicamente el juego; si hablamos de aspectos psicológicos (puede haber otros factores técnico-tácticos, condicionales…, claro). A partir de ahí tomar las decisiones que se consideren más oportunas.

P- ¿Es posible que en el camino el fútbol español se haya dejado en el camino a un Iniesta, Xavi, ejemplos de grandes jugadores, por circunstancias varias? ¿Ha podido haber en el mundo algún jugador mejor que Pelé, Messi o Ronaldo que nos hayamos perdido y no haya llegado ni a jugar en Primera División?

R- Creo que sí se han “perdido jugadores”, si lo entendemos como aquellos que podrían haber jugado en equipos grandes y no lo han hecho. Si mejores que los grandes como Messi o Pelé, quizás también algunos que pudieran haber estado a una altura similar y por no haber hecho lo que mejor les podría haber ayudado no han estado a su máximo nivel (que podría haber sido muy alto), tenemos ejemplos como el Mágico González (Maradona incluso dijo que era mejor que él), o el caso de Jonatan Valle que si recordamos destacó en una Liga Promises en la que también jugó Iniesta y que incluso empezó a entrenar con su Racing de Santander con 14 años, quedándose en esa eterna promesa o en lo que ahora se llama un “juguete roto”.

Además, hay jugadores que tampoco parece que destacan tanto en edades tempranas (donde cada vez más se prima el físico por encima de otras cualidades) y, sabiendo estar, con un buen funcionamiento psicológico, con un buen apoyo de padres y madres que hacen bien su trabajo, despuntan en algún momento y llegan más alto que otros que parecía que se iban a “comer el mundo”.

Como hemos dicho, se trata de hacer lo mejor posible para ayudar a que esos jóvenes deportistas sean personas mentalmente (psicológicamente) fuertes, con los pies en el suelo, y puedan dar su máximo, estando preparados para lo que va a venir. Y lo que tenga que venir vendrá. Si no se hace lo  que toca, se perderán muchas posibilidades.

P-La última, vivimos inmersos en los datos, las estadísticas y clasificaciones. ¿Se entiende el fútbol base sin clasificaciones y sin ascensos y descensos?

La competición es una herramienta que podemos utilizar para bien o para mal. Si la utilizamos bien, podemos fomentar que sean personas mentalmente fuertes que se sientan cómodos, con variables psicológicas ajustadas, ante situaciones competitivas no sólo en el deporte, sino también en la vida. Ahora bien, si la utilizamos mal, podemos literalmente cargarnos a esas pequeñas personas que empezaron a practicar deporte porque les encantaba jugar.

Obviamente, desde las instancias organizativas se puede manejar las condiciones competitivas, pero cómo se maneja ese entorno depende de los adultos, entre los que están los padres y las madres. Por eso hay que hacerlo con buen criterio (que nos da la Psicología). Hay que hacerlo bien.

Presentación del libro en Borriana este sábado 16 de diciembre

Este sábado 16 de diciembre tendrá lugar la presentación del libro “Mamá, papá, ¡quiero ser futbolista!: Claves prácticas para madres y padres”, escrito por el burrianense David Peris Delcampo; doctor, licenciado en psicología, entrenador nacional de fútbol (Técnico Deportivo Superior – UEFA Pro) y presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte, quien a su vez ofrecerá una charla en el evento.

En el libro, se presentan consejos prácticos, fundados desde la psicología, para los padres y madres que quieran ayudar a sus hijos a alcanzar el máximo jugando al fútbol y disfrutar juntos de las experiencias de este deporte.

Auditorio Juan Varea. 19:30h.

El libro ahora se puede conseguir directamente en  la editorial libro futbol, que por creo que es un euro por unos mínimos gastos de envío te lo mandan a casa si lo pides. Este es el enlace.

También está en la librería Esteban Sanz de Madrid .

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor introduce tus comentarios
Por favor, introduce tu nombre aqui