No está siendo fácil la situación del arbitraje y ni siquiera las ligas de Fútbol 8 han comenzado en la Comunitat Valenciana. En alguno partido de pretemporada y algún partido de Fútbol 11, se han detectado comportamientos irrespetuosos hacia los colegiados pese a que en algunos casos incluso son menores de edad.
Huelga decir que esto del fútbol base es deporte formativo y por ello la formación engloba a todos, a los jugadores que con sus fallos y aciertos tratan de mejorar pero, en especial, disfrutar del fútbol base, y a los árbitos que aplican en el terreno de juego los conocimientos adquiridos en los cursos de la Delegación de Árbitros.
Sin árbitros no habría fútbol
Es una de las patas que necesita la silla del fútbol base. Desde Valencia Base hacemos un llamamiento especial a todos (jugadores, técnicos y sobre todo aficionados) para que respeten al árbitro.
De hecho, tienen la consigna clara de paralizar e incluso suspender un encuentro si hay insultos o falta de respeto hacia ellos. E incluimos por supuesto el respeto al género, a las niñas y mujeres que arbitrán.
Todo ello sin olvidar que los que están en la grada en muchos casos desconocen las normas que los árbitros han aprendido en los cursos. Carece de sentido “mostrarse” desde la ignorancia.
Recientemente la FFCV nos daba a conocer que se habían inscrito un total de 610 cursillistas para ser árbitros, más que en la temporada pasada. Mantener estas «vocaciones» incluye desarrollar una labor en este caso «no profesional» que en la mayoria de los casos se desarrolla por gusto al deporte-rey. El comité correspondiente debe, por supuesto, recordar todas las semanas las obligaciones arbitrales -puntualidad, cierre correcto del acta en el propio campo con los propios delegados, etc- y también ser exigente en este sentido. Y si alguien no desarrolla correctamente su labor, quizá deba colgar el árbitro porque es importante para el desarrollo correcto de la temporada que no comencemos con los «dimes y diretes» sobre situaciones que se dan y que no deben generalizarse. No es tan difícil que entre todos un partido se desarrolle y concluya con normalidad.
Brazalete para los menores de edad
Todos los árbitros de fútbol y fútbol sala menores de edad irán identificados con un brazalete específico para que los jugadores y espectadores sean conscientes de su condición, según anunció a finales de la temporada pasada la Real Federación Española de Fútbol. El objetivo de esta medida adoptada por el Comité Técnico de Árbitros (CTA) en coordinación con el Área de Protección de la Infancia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) es avanzar en la prevención y protección de unos colegiados en pleno proceso de formación que se ven sometidos en muchos casos a dirigir partidos donde no se dan las condiciones mínimas exigibles.
“Los menores deben tener una protección especial. La aplicación de la ley es mucho más estricta ante cualquier sanción. Es una práctica que ya se lleva a cabo en algunas federaciones territoriales con buen resultado”, señala Luis Medina Cantalejo, presidente del CTA.
“Se producen más de 100 agresiones a los árbitros anualmente y más de un 10% es a menores de edad. Se trata de proteger a la parte más sensible que son los menores”, apunta Antonio Rubinos, adjunto a la presidencia del CTA.
“Estamos preocupados pero activos en buscar soluciones. Los árbitros son indispensables, sin árbitros no hay fútbol. Y para que haya árbitros debe haber un respeto absoluto y más cuando son menores de edad”, concluye el máximo responsable del arbitraje de la RFEF.
Esperemos que todos colaboren. Hay árbitros con apenas 12, 13 ó 14 años que quieren aprender y en ese proceso pueden fallar. Hay defensas que fallan en la salida del balón o delanteros que no marcan estando solos en la portería. Se oye «burro» en la grada. Pues no. Igual con los árbitros por favor. Para ello los delegados y técnicos de los equipos contrincantes deben colaborar al máximo, más aún cuando son perfectamente conocedores de quiénes están en las gradas.