Los entrenamientos y primeros amistosos ya han llegado en plena pretemporada Covid-19 con una Federació que ha abierto plazos de inscripción para las distintas ligas pero que, sin embargo, deja en cierto desamparo a los clubs a la hora de afrontar situaciones reales. Vemos imágenes que dejan mucho que desear, incluso, patéticas, de padres que tienen que alargar el cuello para poder ver desde el exterior de una instalación deportiva a sus hijos jugar a fútbol. Todo ello sin olvidar que, de momento, se cumple el objetivo y el fin principal que es la práctica del deporte formativa con la organización de las sesiones de entrenamiento y celebración de partidos amistosos con el esfuerzo por parte de todos los implicados (ayuntamientos, Federación, Generalitat).
Con la normativa en mano, tanto de la Generalitat Valenciana, como autoridad competente en salud pública, y del ente organizador, la Federación Valenciana de Fútbol, existen unas reglas de juego establecidas y conocidas por todos los estamentos implicados para que el fútbol formativo se desarrolle dentro de todas las limitaciones impuestas con la mayor de las normalidades posibles. Se están organizando partidos oficiales amistosos entre equipos de Fútbol 11 por parte de los clubs que remiten en tiempo y forma los documentos requeridos por la Federación Valenciana de Fútbol y la presencia de árbitros oficiales tal y como exige la normativa vigente en este tipo de encuentros entre equipos federados. Todo ello para cumplir los protocolos federativos aprobados por la Conselleria de Sanitat. Hasta ahí todo correcto. El objetivo de poder jugar y entrenar se cumple. Bien por los clubs.
Sin embargo, pese a la burocracia que se ha multiplicado desde marzo, no se permite el acceso de público a las gradas (atención sí a la cafetería como hace el Ayuntamiento de Castelló), cuando la propia Generalitat reconoce que puede haber hasta un 75% del aforo en la grada. ¿Para qué sirven los protocolos de la Federación y las normas de la Conselleria de Sanitat si el titular de la instalación deportiva (nos referimos en especial a la municipal) opta por cerrar las puertas o limitar la presencia de acompañantes en las cafeterías? Algunos ayuntamientos han optado por el principio prohibitivo como medida de prevención pero teniendo en cuenta la presencia habitual de seguidores en las gradas en encuentros de fútbol base lo razonable es arbitrar medios para que pueda conciliarse el cuidado de la salud pública y algo tan cotidiano como ver a nuestros hijos haciendo deporte. Esto no es la nueva normalidad que tanto hemos querido, la de los padres subidos a montículos de arena para ver un partido de fútbol. Incluso congregados en los aledaños de los campos sin guardar las distancias de seguridad por la poca visibilidad que puede haber cuando el espacio en las gradas es más amplio y sobre todo suficiente. En un partido de fútbol base, es más seguro seguirlo desde el perímetro del campo o en las propias gradas. Trabajen en ello señores de los ayuntamientos y también clubs propietarios de las instalaciones delimitando claramente las zonas dónde poder estar.
Tenemos instituciones que son titulares de las instalaciones donde se juega al fútbol (Ayuntamientos), entidades que gestionan la actividad deportiva (los clubs -algunos titulares de las instalaciones pero muy pocos-), entes que organizan la competición (Federaciones) y normas de salud pública (Generalitat Valenciana). Cada uno marca directrices para que todo funcione bien (se les paga para ello a través de los impuestos) pero llegado el momento de la verdad es cuando el sistema hace aguas porque nadie ha dejado claro cuál es el criterio a seguir en el momento más crítico. Hay ayuntamientos que han optado por posturas prohibitivas y otros han sido más flexibles. Un verdadero caos y disparidad de criterios a un mes vista del inicio de la competición y sin saber cómo evolucionará la pandemia. Todo lo que hemos expuesto es en relación al desarrollo normal de un partido, con jugadores sobre el terreno de juego, y padres en el exterior del recinto. La Federación Valenciana de Fútbol deben hacer prevalecer su protocolo de competiciones si éste está autorizado por la Generalitat con el fin de aunar criterios desde Vinaròs a Orihuela a la hora de poder acceder a un campo de fútbol.
Tenemos que ser todos responsables a la vez que prácticos. También en nuestra rutina diaria ¿Qué pasará el día que un jugador tenga unas décimas de más? ¿Qué ocurrirá si el diagnóstico positivo se conoce un día entre semana? ¿Cómo actuar? La Federación Valenciana de Fútbol debe convocar una reunión con los clubs, a ser posible presencial, para dejar claro cómo actuar ante estas situaciones. Si un padre o una madre conoce el diagnóstico positivo, tratará de buscar responsables. ¿El colegio? Está detrás toda una dirección de un centro escolar con la Conselleria de Educación como escudo. ¿El club de fútbol? ¿Quién respalda al club de fútbol? La Federación necesita explicar claramente el grado de responsabilidad de los clubs (en su mayor parte con empleados por horas y dedicados a otras actividades profesionales) para poder afrontar con garantías situaciones de crisis derivadas por casos positivos de Covid-19.
Los padres también tenemos que colaborar. Si algún día nos dejan entrar en la instalación y sentarnos en la grada, procuremos disfrutar del fútbol guardando las distancias de seguridad y con la mascarilla. Por ello el club, amparado por la Federación Valenciana, debería solicitar una declaración responsable del adulto responsable del menor por el cual, en primer lugar, éste se compromete a acudir a los entrenamientos y partidos, sin temor a patologías. Tener respeto y cumplir unas determinadas normas de higiene no están reñidas con la práctica deportiva y menos contemplarla. Ante un caso positivo, debe quedar claro las consecuencias que puede tener para el colectivo en su actividad como equipo con entrenamientos y partidos. Pero de ahí a buscar responsables en la actividad deportiva hay un trecho. De ahí más que nunca la Federación Valenciana debe estar con los clubs, no sólo haciendo cumplir plazos de inscripción, pago de Mutualidad, impresos para amistosos, no celebrar goles ni hacerse fotos con los compañeros. No vale un mail para remitir documentación o un teléfono para llamar sino más que nunca un contacto directo y personal para que la temporada fluya con normalidad.
De verdad, merece la pena un ejercicio de corresponsabilidad por parte de todos. A las administraciones, en especial, las locales, medios para poder acceder a los recintos deportivos y ver de forma digna los partidos; a los clubs por cumplir los protocolos de la Federación y a la Federación que de una vez ponga delegados en los campos para que compruebe como organizadora de las competiciones que todo se desarrolla según su protocolo autorizado por la Generalitat. Si todos ponemos de nuestra parte, la temporada irá bien.
El Consejo Superior de Deportes, dependiente del Gobierno de España, de momento, sólo se ha pronunciado sobre las ligas profesionales y en el caso del fútbol hasta Segunda B y Tercera no dedicando la atención suficiente al deporte base en cualquier disciplina. Digan algo, señores, si hasta ahora nadie ha puesto orden.