La «transformación» de un chaval a sus 16 años que llega a Segunda División

Juanjo Nieto - Real Oviedo

Conocí a Juanjo Nieto hace justo diez años cuando era un jugador juvenil de primer año que jugaba con el juvenil A de C.F. RAFALAFENA.

En aquella época era entrenador del juvenil B y la gente del club y el entorno hablaba mucho y muy bien de ese equipo juvenil especialmente de un niño que se llamaba Juanjo y era el menor de todos ellos. Un día a la semana compartíamos campo para entrenar los dos juveniles y empecé a fijarme en ellos en conjunto, la impresión futbolística fue excelente pero la actitud y el comportamiento dejaba mucho que desear, poco a poco me fui acercando a ellos y descubrí que por separado eran muy buena gente pero eran un grupo tan compacto que todos juntos se sentían invencibles en todos los aspectos, eso a mi entender tiene una parte muy buena y otra muy mala.

Juanjo en concreto era un niño con muy buen fondo pero con un carácter muy fuerte pero mal canalizado, poco a poco me fui acercando a él y al principio creo que desconfió de mi, poco a poco se dio cuenta que no me interesaba tanto lo futbolístico como lo personal y se fue abriendo.

Juanjo a los 16 años era un chaval con un talento descomunal para ser futbolista pero con una vida un tanto desordenada y sin ningún objetivo claro a medio y largo plazo para su vida.

Lo primero que hicimos fue intentar ordenarle un poco las ideas, que acabase su formación académica y que siguiera su formación en algo que le interesara para su futuro. Una vez encauzada esa parcela que es realmente lo único importante y  que le ha servido para su trayectoria profesional empezamos a hablar de futbol durante ese año en el que no era su entrenador. En este aspecto descubrí un chaval muy receptivo que contrastaba con la imagen que proyectaba al exterior. De esas conversaciones conseguimos explicarle que tan importante es el talento como el esfuerzo, la actitud y el comportamiento por que todo junto es la imagen que proyecta al exterior.

La temporada 2011/12 ya coincidimos como jugador y entrenador, a las dos semanas se confirmó todo lo que intuía sin haberle entrenado, era el chaval con  más potencial que había tenido en mis manos jamás,  Juanjo puso muchísimo de su parte, hizo todo lo que le pedíamos,  jugó con el juvenil B, con el juvenil A y jugó participando de forma decisiva en la salvación del Amateur en primera regional con solo 17 años.

Ese año que lo entrené fue un año muy importante en cuanto a aprendizaje de conocimiento del juego, se transformó de un niño que jugaba muy bien a la pelota a un jugador de fútbol con todas las letras.

Cada concepto que le enseñaba, cada corrección la asimilaba y pedía mas información. Su comportamiento fue excelente durante toda la temporada con compañeros, entrenadores, directivos y rivales que como sabían de su antiguo temperamento le sacudían mucho pero como le hicimos entender eso era una parte del juego y sólo reciben entradas duras los buenos así que debía tomarse como un halago cada marcaje individual y cada entrada dura.

Antes de Navidad vi que el equipo se le quedaba pequeño en todos los sentidos y tuvimos una conversación muy importante para su futuro. Nos sentamos y le pregunté que quería ser de mayor, futbolista fue su contestación. Se lo desaconsejé, se lo pinté muy mal aunque en realidad le dije la verdad, que tenía que sacrificar los mejores años de su vida por algo que en 99% de los casos no se consigue, que aparecería gente en su vida que solo querría sacarle un rendimiento económico, que iba a estar muy solo al principio y después quizá aparecieran malas compañías y que a los 35 años como mucho eso se acaba y la gente desaparece. Me contestó que estaba dispuesto a sacrificarse,  a ser un profesional y a aprender cada día de cada entrenador y cada jugador que tuviese a su lado, vista su determinación le dije que estaríamos siempre a su lado y que no olvidase nunca quien es ni de donde viene, la humildad es lo que te hará grande concluí.

Al día siguiente fui a hablar con el entrenador del juvenil división de honor del C.D. Castellón y durante lo que quedaba de temporada entrenaba con el división de honor y con el juvenil de C.F. RAFALAFENA los días que tenía libre compitiendo con nosotros porque el Castellón en aquella época oscura no podía hacer fichas.

El año siguiente jugó en el juvenil división de honor y a partir de ahí ya se forjó su propia carrera hasta llegar de momento a 2A y seguro que en poco tiempo estará en Primera División.

Puedo decir bien alto que todo lo que ha conseguido se lo ha ganado él, nadie le ha regalado nada y nadie le ha conseguido nada que no mereciera, es un ejemplo de cómo con unas buenas cualidades, mucho trabajo, mucha perseverancia y teniendo la cabeza amueblada se puede conseguir cualquier meta que uno se proponga.

Del Juanjo que entrené,  futbolísticamente destacaba por sus cinco metros de arrancada que están al nivel de los mejores jugadores del mundo, su talento, su generosidad con el compañero y una cosa que la gente no le da mucha importancia pero ayuda a ser un jugador completo que es un salto vertical de parado espectacular. Con el balón en movimiento era un jugador excelente, en aquel momento trabajamos para que fuese un jugador excepcional sin balón y a día de hoy lo es.

Poco más puedo decir de él,  sólo que tenemos un vínculo muy especial y que prácticamente y sin prácticamente es parte de mi familia, igual que muchos de chavales de aquel equipo. La generación del 93/94 y 95 será difícil de olvidar para mi.

Todo lo bueno que que pase a Juanjo es poco para lo que se merece.

Gracias por permitirme escribir estas letras de un chaval que merece mucho la pena.

Artículo de Pepe Zaera, técnico del CF Rafalafena, sobre Juanjo Nieto, jugador castellonense hoy en las filas del Real Oviedo, rival del CD Castellón de este domingo en Segunda División.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor introduce tus comentarios
Por favor, introduce tu nombre aqui