En la víspera de Reyes, ya con muchos niños desilusionados porque los Reyes Magos iban a llegar a sus casos con «poca brillantez» pero, pese a ello, repletos de regalos, la Consellera de Sanitat, Ana Barceló, daba carbón al fútbol base valenciano al resolver la suspensión de la competición en Fútbol 8.
La noticia corrió como la pólvora entre seguidores, aficionados, entrenadores, padres, madres, directivos, miembros de la Federació, intentando descifrar el contenido real de tales palabras, competición, entrenamientos, deporte escolar, deporte federado…
Por parte de la Federació, nos remitían a esperar la publicación de la resolución, si bien algunos documentos filtrados ya indicaban la suspensión de las competiciones en las categorías con niños en edad escolar en edad infantil y primaria. Gomar no quería exceso ruido contra la decisión confusa de la Conselleria por las propias palabras de su titular y confiaba en que la expresión deporte escolar y primaria excluía al deporte federado. Pero no. Se confirmó la mala noticia y hasta el 31 de enero no habrá competición oficial en Fútbol 8, pero sí entrenamientos.
La decisión de Barceló no viene de nuevo. Dicha medida ya tuvo un intento de aplicación a finales de septiembre, pero finalmente no se tomaron las medidas restrictivas por parte de la Conselleria. Todo lo contrario. El Fútbol Base ha sabido mantener su actividad con gran responsabilidad tanto dentro del terreno de juego (jugadores y técnicos) como fuera, cuando los acompañantes tuvieron que ver los partidos subidos a muros.
Tras mes y medio de competición, no se ha indicado, filtrado o mostrado ningún dato que indique que en las competiciones deportivas en dicha edad y al aire libre supongan un foco de contagio.
La realidad era bien distinta a la del fútbol, desde principios de diciembre, cualquier persona que viera las calles de nuestras poblaciones ya podría comprobar como la situación estaba sobrepasando a las medidas de las autoridades. La misión de «salvar una supuesta Navidad» por parte de las autoridades, no ha sabido poner freno a esta situación.
La medida mal notificada, mal explicada, no encuentra sentido entre los aficionados, directivos de club y Federació, parece a todas luces una medida desproporcionada en un sector del que apenas se han notificado brotes ni contagios. Ni una llamada a Salvador Gomar, presidente de la Federació de Fútbol de la Comunitat Valenciana, como máximo representante de una actividad que practican unos 25.000 niños y niñas hasta los 12 años en la Comunitat Valenciana.
Este jueves empieza el colegio, la Conselleria d’Educació ha dado muestra desde el mes de septiembre de un buen trabajo en cuanto a las clases, esperemos que esto continúe así. En la otra faceta importante para los más jóvenes, el deporte se mantiene (los entrenamientos) pero suspenden el fútbol, quizá, para evitar el contacto de los acompañantes. ¿No hay más contacto en otros ámbitos sociales?
Seguramente, ya que no tenemos partidos los sábados, tendremos la oportunidad de salir a a pasear con nuestros hijos por algún centro comercial y poder «salvar las Rebajas«.
La Generalitat ha ido parcheando la situación desde principios de temporada, pero bien es cierto, que gracias a la corresponsabilidad de clubs y ayuntamientos (en la mayoría de los casos) el desarrollo de las competiciones ha sido modélico. Es más, los propios actores -los niños y niñas- han demostrado un gran ejercicio de la responsabilidad con el uso de mascarilla y respeto a los mayores. Más que nunca el fútbol base ha sido fútbol formativo de verdad.
La Comunitat Valenciana no es la única en adoptar esta medida, ni la primera. Hemos tenido la suerte de disfrutar del fútbol base competitivo en Fútbol 8 desde octubre y esperamos que en febrero vuelva a sonar el pitido inicial. Los expertos de la Conselleria de Sanitat habrán actuado de buena fe, pero lo ha comunicado muy mal. Ni por esas. Cuando la autoridad decide una cosa y quien la aplica piensa totalmente lo contrario argumentando datos y exponiendo situaciones reales que evidencian el sinsentido de la medida, algo no se ha hecho bien. Señora Barceló, nos debe una explicación convincente.
